miércoles, 14 de septiembre de 2011
Beia
Me encontraba en un profundo sueño. En un lugar vacio, completamente. No distinguía si era una habitación o tan solo una ilusión que no tenía principio ni fin. Comencé a caminar a grandes pasos, uno delante del otro. Sentí como mi cuerpo se movía, como la sangre círculaba de un extremo a otro, con tanta fuerza que por alguna parte iba a salir. Comencé a sentir olores, dolores, temores, alegrías. Una exclamación de emociones y sentimientos. Mi cuerpo atenuado y al mismo tiempo tenso me lo expresaba de tantas formas que no lograba comprender. ¿Que sucede? me preguntaba. Tan solo seguí el ritmo, estaba asustado y no entendía. Parecía que caminaba en la nada, mis pies se movían pero nada pasaba. El miedo de alguna forma trataba de presentarse, pequeños sonidos, sombras a lo lejos. Tenía la seguridad que alguien estaba detrás mio, sentí que me tocaron entre el cuello y la oreja. Los pelos se me pusieron de punta, se me encrespo la piel y un fuerte temblequeo me capturo. Había parecido un beso, un suave y delicado beso. Me tomo tan a la sorpresa que fue uno de los más grandes sustos de mi vida, o al menos eso creía. Un beso tan delicado que había parecido alguien cercano a la perfección. Me di vuelta, velozmente para ver quien era y no había nadie. Creí haber visto una figura en el aire, una forma tan bella y pura. Un milagro de la naturaleza. Tan solo creía, pero una sonrisa se me dibujo. Seguí caminando tratando de llegar a algún lado, o que algún lado trate de llegar a mí. Me sentí obligado a correr, me desesperaba la sensación de no llegar a nada. Pero la nada se acercaba, más y cada vez más. Solo pude pensar en esa dulce figura y en un abrir y cerrar de ojos la nada había cambiado a un todo. Me encontraba en un lugar nuevo, completamente desconocido y conocido a la vez. Me dedique a investigar el lugar, parecía tranquilo, pero seguía vacío. No habían rastros de personas, animales, o que cualquier ser hubiese vivido allí. Tan solo ese bello recuerdo que me había traído a este lugar iluminaba el camino, las ganas de seguir y no caer, de tener objetivos. Quería descubrir quien era ella. y lo haría.
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